Tamara Seput – Argentina |   El dolor le estremeció desde las raíces de su pelo hasta las uñas de los pies ¡Era el alma la que se incendiaba de dolor y le traspasaba la piel! Hacía caer lágrimas en las noches de luna llena. Buscaba respuestas al penetrar con la mirada los abismos, y…

Un matrimonio feliz

Pilar Aguarón Ezpeleta – Zaragoza |   Me llamo o me llamaba Saulo Basterra y no estoy muy seguro porque aquí la medida del tiempo no existe, pero creo que llevo muerto más diez años. De lo que sí me acuerdo es que el día de mi deceso fue casi perfecto. El sol brillaba, el…

N’ arrêtez pas!

Pilar Aguarón Ezpeleta – Zaragoza | Pintura – Ernest Descals Pujol |    Sixto a lo largo de su vida ha estado con muchas mujeres y las ha olvidado a todas, a todas menos a Adélaïde, la única que le despedazó el corazón y la única que ahora, cuando piensa en ella, todavía le duele….

Los dioses que pueblan los Eddas

Pilar Aguarón Ezpeleta – Zaragoza | Ilustración de Oxana Reshetnyova |   Pablo llegó a media tarde al aeropuerto de Gardermoen y buscó el anuncio del siguiente vuelo para Tromso, donde en esta época del año era fácil conseguir verlas, luego ya solo quedaba cruzar los dedos y esperar la buena suerte, porque son caprichosas…

Adiós

Luis Antonio Ismael Muro Mesones – Lambayeque  Pintura: La muerte de Marat |    El chisme, como siempre, después de circular por la oficina, entre compañeros y amigos, llegó al agraviado. “Es una mentira, una calumnia inventada, para dañarnos” dijo.    Hasta que en un día de relajación con los amigos, en la avenida, la…

El aniquilador de libros

Róger E. Antón Fabián – Lima Desde muy temprana edad he pasado mis días entre libros. No me arrepiento, pero a cierta altura de mi existencia textos de toda clase habían invadido ya muchas veces no solo más allá de los estantes, sino las habitaciones y compartimientos varios, y qué duda cabe incluso los enseres…

Necrópolis de almas

Luis Antonio Mena – Tucumán |    La jornada resultó demasiado dura. Todo fue negativo. Discutí fuerte con el jefe en la oficina; no quisieron pagarme horas extras ni bonificación; mi mujer me habló para decirme que se iba a la casa de la madre y se llevaba a los chicos porque estaba harta de…

Historia de la abducción

Luis Ortiz – Buenos Aires | Esa noche venía cansau del arreo de víboras desde la Patagonia. Estas eran propiedad de un establecimiento de faenamiento, elaboración y exportación de hamburguesas y otros productos muy extravagantes, como perfumes y cremas. Toditas juntadas a lazo, que es mi especialidad; menos mal que el gato montés que llevé,…

La Pediculosis

Luis Ortiz – Buenos Aires | ¿Cómo es que se han eliminado males como el sarampión, la fiebre amarilla, la escarlatina y tantas otras plagas que asolaban nuestro país? Y la pediculosis ¿No? Una tarde cualquiera estaba en el patio de mi casa observando muy tranquilo la bóveda celeste con sus limbus cúmulus, sirrus estratus,…

Los hijos del bosque

Damián Fryderup – Río Negro | Y creí en lo increíble… Nos dirigíamos por la autopista con la ayuda de mi anticuario Ford cuatro puertas, con intenciones de llegar a una majestuosa ciudad, que contaba con un extenso mar y con hermosos hoteles cuatro estrellas.  Viajábamos de noche y yo conducía. Mis dos inquietos hijos…

Yo ciego

Krishnamurti Góes dos Anjos – Brasil | ¿Qué hacía yo, un viejo ciego, en un bar? Siempre he tenido ganas de estar allí, incluso durante un corto periodo de tiempo. Sólo unos momentos. Hoy, palpando el camino con mi bastón, un irresistible sonido de revuelo humano me ha seducido de nuevo. Conversaciones, risas, voces que…

La palabra “Nunca”

Krishnamurti Góes dos Anjos – Brasil | Pintura de Ernest Descals |   Allí está un hombre simple sentado dentro de un templo. Ha elegido un asiento en la larga hilera de bancos, en la altura del nicho que alberga la imagen de San Pedro. Con las manos juntas, parece recitar una oración. La cabeza…

El hombre que todo lo soñaba

Álvaro Bozinsky – Uruguay | El hombre decía que siempre soñaba lo que iba a suceder. Contaba con claridad y elocuencia que, una vez cerrados los ojos, ya fuera durante la noche, la siesta, o cuando el sueño se le echara encima donde lo encontrara sentado, sin más trámite comenzaba a soñar. Vivenciaba —llamémosle en…

María Guerrico

Angélica Sonia Barrenechea Arriola – Buenos Aires | Pintura de Laura Luciana Casella   Tenía las rodillas azules del frío y de las caídas en bicicleta, siempre de shores o polleras pantalón que mi mamá me hacia porque las niñas no usábamos pantalones, salvo cuando la helada era terrible y entonces nos ponían unos can…

El dibujo

Patricia Bottale – Rosario | La tarde caminaba deliberadamente hacia la noche. El salón de clases se oscurecía sin remedio. Juan quería poseer los secretos del tiempo y sus espirales caprichosos, pero todos los jueves ocurría lo mismo: las horas se precipitaban y los alumnos de “modelo vivo” comenzaban a guardar las telas, las carbonillas,…

Texas

Alejandro Caputi – Buenos Aires |    Ellas habían cogido toda la tarde. El departamento de Julia era extremadamente pequeño y sin expectativas. La bolsa llena de billetes estaba metida dentro de la heladera bien lejos del revolver y las botellas vacías cervezas seguían siendo la alfombra principal de la habitación. Ana era una joven…

Cementerio de Barcos

Alejandro Caputi – Buenos Aires |   I Esta historia probablemente no sea otra cosa que la bifurcación de otra historia lejana, como toda historia inútil. II Charlie fue el primero en abrir los ojos. Los pasos sonaron apagados, la puerta no. La noche anterior habíamos roto 39 botellas en un cementerio de barcos. Yo…

Inocencia

Ian Welden – Dinamarca |   En una ciudad donde las casas multicolores cuelgan de las montañas cual adornos de árbol de navidad y los barcos de todo el mundo llegan a descansar, nació la bella Inocencia. La ciudad se llama Valparaíso y queda en un país llamado Chile, ahí donde termina el mundo. Donde…

La nana

Ian Welden – Dinamarca | Pintura de Vincent Van Gogh: La nana |   1 Desde las entrañas de Chile brotó la Nana. Su destino estaba escrito en las leyes: § 1: No todos los chilenos son iguales. Algunos estàn destinados a mandar y la mayoría a servir. Era una niñita de diez años de…